Tiene ella eso que yo busco a veces, cuando, no sé por qué, me atrae el placer de la desgracia. Sus fotografías son como canciones tristes en las que te recreas; esa manía de encontrarse con el pasado peor. Son como olores que te transportan a las peores imágenes. O el tacto de lo que perdiste. A veces me gusta lo que ve Gabrielle Duplantier. Otras, odio su mirada, porque es lo que yo veo de mí, lo que me aparece, desgraciadamente.

 

 

Si me miro desde fuera, como si no fuera yo, leyendo sus fotografías, creo que su trabajo es excepcional. La facilidad de ver. La dificultad de mostrar lo que, fácilmente, ve.

 

 

La técnica ya está. Ahora hace falta saltársela, con medio ojo en el histograma y con un ojo y medio en lo que ocurre, en lo que te delata. La luz justa, la expresión necesaria, el foco olvidado cuando no importa. El negro que realza. El blanco que sí está, si lo buscas, entre los grises.

 

 

Achinar los ojos para encontrar. Esforzarse.

 

 

«Nunca estudié fotografía. Estudié Historia del Arte y practiqué Bellas Artes en la Universidad de Burdeos. Por otro lado, comencé a tomar fotografías con una cámara de segunda mano. Alguien me prestó un libro con las primeras fotografías en blanco y negro de principios de siglo. Me fascinó; allí encontré la fuente de inspiración para mi propio trabajo. En casa teníamos una habitación oscura, mi padre me mostró los conceptos básicos. Pasé la mayor parte de mi tiempo libre experimentando, buscando … Lo aprendí prácticamente todo por mí misma, con mi imaginación, mi profunda ignorancia…»

 

 

«En general, admiro a las personas que no temen a nada, que persisten en su camino sin perder la fe. Hay muchas personas a mi alrededor que tienen estas cualidades, que me dan fuerza y ​​coraje.»

 

 

«Siempre me ha gustado fotografiar mujeres, niños, la naturaleza que me rodea, escenas interiores interesantes y, por supuesto, una luz que puede transfigurar incluso una pared. Pero creo que la inspiración sigue siendo un misterio. No sé por qué me tocan ciertas cosas. De todos modos los sujetos son solo pretextos para explorar mi propio mundo emocional, no la realidad. Mis imágenes no cuentan una historia precisa; son ficciones abiertas.»

 

 

«Tengo un equipo muy rudimentario. Nunca me ha interesado mucho la técnica. No creo que quiera saber demasiado.»

 

 

«Evito mirar demasiado las fotografías de otras personas. Me tomo mucho tiempo a solas para trabajar.»

 

(palabras de Gabrielle en esta entrevista)

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y, por supuesto, no os perdáis su página.

Gracias, Ramón.

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