Camacho y Raquel

A veces ocurren cosas curiosas en los viajes. Cuando te quedas un tiempo en un lugar, en una casa, de unos amigos. Esa curiosidad, importante, consiste en que la maleta no estorba; se convierte en tu armario, pero no importa. La maleta se vuelve gigante. Y forma parte de esa casa prestada. Lavas los calcetines mientras te duchas y escuchas movimiento en la casa. Ya no hablas tú solo contigo