Gabrielle Duplantier

    Tiene ella eso que yo busco a veces, cuando, no sé por qué, me atrae el placer de la desgracia. Sus fotografías son como canciones tristes en las que te recreas; esa manía de encontrarse con el pasado peor. Son como olores que te transportan a las peores imágenes. O el tacto de lo que perdiste. A veces me gusta lo que ve Gabrielle Duplantier. Otras, odio su

Encuentros en la décima fase

Somos lo que tenemos. También somos nuestro pasado. Hace treinta años yo, es que soy así. De dónde era así. De cuándo. De no encajar, de no hablar, de no escuchar o escuchar demasiado. Y las maletas sin abrir, esperando un nuevo viaje. Mirando debajo de las camas, por si alguien se había olvidado de irse. Como yo, que se fue. Sin haber esperado, sin haber escuchado, sin haber hablado.

Eduardo Momeñe

Hay un libro para amantes de la fotografía que se titula La visión fotográfica (Curso de fotografía para jóvenes fotógrafos). Llegué a él por las muchísimas recomendaciones que encontré en internet. De gente como Jota Barros, Gema (La mirada de Gema), Caro Musso (blogdelfotógrafo)…; gente que sabe muy bien de lo que habla. El título me pareció horrible, y ni una sola foto en todo el libro, salvo el de

Oviedo

Hace poco leí, no sé dónde, que ahora nos imaginamos lo que le falta al rostro de la gente cuando nos la cruzamos por la calle; lo que oculta la mascarilla. Los que miran a los ojos, miran más, durante más tiempo. Es lo que nos queda (los perros nos siguen mirando a los ojos, no entienden de velos, no necesitan saber de más).     Mi padre nació en